No se pierda los comentarios al final.
Los testigos de Jehová propalan ser el pueblo más limpio de la Tierra.
Son constantes las arengas que muestran que como politica, ellos se preocupan mucho de que la pureza se conserve, al menos de modos teóricos.
Vease por ejemplo
*** w06 15/7 pág. 29 Preguntas de los lectores ***
Preguntas de los lectores
¿Puede alguien ser expulsado de la congregación cristiana por ser culpable de inmundicia, tal como puede ocurrir si es culpable de fornicación o conducta relajada?
En este tema hay un notable analisis de la palabra porneia, aselgeia y akatarsia. Además de una descripcion de “pecados nuevos” que requieren comite judicial e inmediata accion. Expulsion se requiere si alguien ve pornografia que ellos definen como “dura”, dando a entender que quizas no sea tan malo ver pornografia “blanda” de vez en cuando y de cuando en vez.
Sin embargo, este clamor por pureza es una cosa y lo que pasa en realidad es otro asunto.
El metodo que tiene la Congregacion para “mantener” la pureza de la Congregacion es la figura de los llamados “ancianos” de congregacion, quienes realizan Comites “judiciales” para mantener a la congragacion limpia.
El problema de estos comites judiciales es enorme, pues pone en manos de personas que las mas de las veces carecen de instruccion legal para ejercer de Juez de la vida y acciones, sobre otros.
Estas dos experiencias hablan del tema, pero, son en verdad autoexplicativas.
Les invito a leer estas dos experiencias de como la Congregacion trató con dos padres uno amado, el otro…uno para olvidar.
Las experiencias son extremas, se admite.
Sin embargo, lo que deseo realzar es el modus operandi de los comites “judiciales” y los efectos de largo plazo de decisiones que pueden afectar para siempre el destino de las familias.
CASo 1
Mi Padre fue Testigo de Jehová
(Traducción de miker)
DONALD D’HAENE
http://www.fatherstouch.com/
Hace veinte años, me encontré en la situación de estar en el grupo de los primeros varones que rompían la barrera del silencio, para hablar abiertamente de la experiencia de haber sido abusado sexualmente cuando niño. Desde entonces, más de un millar de víctimas me han contado sus propias historias. De ellos he aprendido que, aunque cada experiencia es única, estamos unidos como compañeros en una batalla. Nos une la experiencia común de haber sido abusados por un adulto.
Después de una década de sufrir abusos sexuales, mis hermanos y yo finalmente nos armamos de valor y contamos nuestra experiencia a ministros religiosos, policías, médicos y terapista, y llevamos al perpetrador a juicio. Los detalles de mi viaje que van desde confesar estos asuntos a los demás, hasta mi recuperación posterior, están relatado en una historia de mis memorias llamada: “El Toque de Papá”, que relata la historia de los abusos físicos y sexuales que mi padre cometió contra mí, mis hermanos y mi madre. También hablo de mis dificultades personales con mi fe y con mi orientación sexual, mientras luchábamos contra el abuso.
Nosotros éramos Testigos de Jehová, Y mi padre utilizó nuestra religión en sus aspectos ideológicos y su estructura patriarcal, para manipular y controlar al resto de nuestra familia. Mi padre Daniel D’Haene, era un hombre ansioso de poder que codiciaba tener control completo de quienes lo rodeaban, especialmente de su familia. Él usó lo teología de los Testigos de Jehová para validar sus deseos y para someter a sus hijos a años de abuso. Inicialmente él nos dijo que si le desobedecíamos en cualquier aspecto, estaríamos desilusionando a Dios. En efecto, nos aseguró que la autoridad que tenía sobre nosotros, le había sido dada a por Dios. Lo que era, una declaración que parecía tener apoyo en nuestra religión.
Los cuatro hijos en mi familia, incluyendo mis dos hermanos y una hermana, estuvimos envueltos en al abuso por un periodo de 13 años. Empezó con mi hermano Ronny, mayor en tres años a mí, cuando él tenía solo seis años en 1963. Tres años después, nací yo. Mi padre me empezó a tocar cuando yo tenía tres años. Cuando Ronny empezó a oponer resistencia unos pocos años después que el abuso empezó, nuestro padre se nos aproximó con otra receta.
Cambiando la metáfora teología de la autoridad, por un juego. Nos introdujo por turnos a cada uno de sus hijos pequeños a lo que él llamaba “El Juego”. Su nueva estrategia fue utilizar este supuesto juego de niños, “El Juego”, a una edad muy temprana para asegurarse de que hubiera resistencia. “¿Quieres jugar a un nuevo juego? Todos los papás lo juegan con sus hijos”, nos explicó. Nuestro padre le rodeó a El Juego de un aire de secretismo e importancia, diciéndonos, “Este es nuestro pequeño secreto. Mamá se pondría celosa su supiera, así que no le digan nada”. Como era un juego, había un elemento de reciprocidad y de tomar turnos “Yo te hago esto a ti y tú me lo haces a mí” insistía, “¿No es verdad que este juego es divertido”? Esta sugerencia fue premeditada, para transformarnos en conspiradores junto a él y fue una treta exitosa de varios modos. Considerando que el secretismo era un elemento intrínseco de El Juego, hablar de él, hubiera arruinado la diversión y esto nos sumergió en la conspiración de silencio de nuestro padre. Aún más que eso, El Juego mismo, él lo definió como parte del plan de Dios para las familias. Un juego secreto que cada padre cristiano jugaba con sus hijos. ¿Por qué hubiéramos nosotros de cuestionar la autoridad de nuestro padre cuando Dios lo había hecho cabeza de la familia? Si amábamos a Dios, ¿no deberíamos obedecer los deseos de sus siervos?
En los años siguientes, nuestro padre usó sus interpretaciones fanáticas de las doctrinas de la iglesia respecto a autoridad masculina, la disciplina y obediencia, para perpetuar sus crímenes. Cuando finalmente fue acorralado y llevado ante las autoridades de la Iglesia y mucho mas tarde, a la justicia criminal, el masculló toda excusa posible, para justificar sus crímenes. En cartas, grabaciones, y testimonios, el trató de aminorar su culpabilidad, clamando que su esposa no le daba el débito conyugal, que la fe de los Testigos de Jehová lo había confundido, que era alcohólico, que abusaba de drogas, que lo habían poseído los demonios, o que había experimentado una crisis emocional.
Hasta este día, ha rehusado admitir que sus abusos sexuales a sus hijos fueron actos calculados y premeditados.
Los Testigos y los D’Haene
Los Testigos de Jehová citan la Biblia para sostener todas sus creencias, y creen que cada palabra de la Biblia es inspirada directamente por Dios. Mientras admiten que ciertas partes de la biblia son simbólicas, toman otras partes de modo muy literal. Así, por ejemplo, cuando llega el momento de tratar con miembros que han cometido errores, siguen el ejemplo de los cristianos del primer siglo como dice al apóstol Pablo: Un miembro debe ser removido de la congregación por pecar y no arrepentirse, y una vez que alguien es “expulsado”, nadie puede hablarle a esa persona hasta que se arrepienta. Si un miembro activo se asocia con un expulsado esa persona será expulsada también. Sin embrago a fines de los 70s, la Sociedad Watchtower, aún aconsejaba a sus miembros a mantener cierto contacto con personas expulsadas de la familia, si habían temas urgentes que tratar.
Una práctica común de los Testigos es reprimir públicamente a quien falla en arrepentirse por cometer actos en contra de la doctrina de la iglesia. Esta denunciación, puede ser parte de la penitencia del pecador. Como un ex miembro, a esta persona se le permite asistir a las reuniones aún después de haber sido expulsado. Pero la congregación no puede tomarlo en cuenta, y se actúa como si la persona no estuviese presente. Cuando se arrepiente, un ex miembro puede ser readmitido en un plazo de hasta 6 meses.
Los TJ creen que el mundo tal como lo conocemos llegará a su fin. Solo unos pocos podrán sobrevivir el Armagedón, sólo aquellos que creen en la realidad de esta inminencia, es decir, los mismos Testigos. En ese aspecto, la vida de los Testigos de Jehová puede compararse a aquellas personas que estaban en el Titanic durante la hora final. Todos sabían que el barco se iba a hundir, pero sólo unos pocos tenían acceso a los limitados botes salvavidas disponibles, mientras el resto enfrentaba una muerte segura.
Los Testigos de Jehová creen que ellos han sido escogidos como testigos para dar a conocer la verdad del plan de Dios, mientras el resto de la gente alrededor de ellos está sumida en la ignorancia. Esta creencia, da a los testigos un inevitable aire de superioridad, que es muy conocido.
Por mi parte, yo siempre me sentí como un ser de otra galaxia arrojado a la tierra. ¿Por qué yo? ¿Por qué fui escogido para tener este terrible conocimiento? ¿Estaba siendo torturado ahora como castigo en cambio de las futuras bendiciones? La sensación de ser un freak, llegaba a ser para mí, algo agobiante.
“Estamos en el mundo pero no somos parte del mundo” repiten maquinalmente los testigos. El mundo normal en el que la gente vive es algo separado, temporal, una ilusión. Al sostener esta visión la organización de los Testigos es reticente a envolverse en los asuntos civiles. Los problemas dentro de la congregación se manejan internamente por el cuerpo de ancianos local.
De este modo cuando se trajo a la atención de los ancianos de nuestra iglesia que mi padre había abusado sexualmente de toda la familia, nadie hizo ninguna llamada a la policía, ni nadie reportó los abusos a la Sociedad Protectora de la Infancia o por el estilo. En vez de eso, los ancianos se reunieron y sostuvieron reuniones, que hacían una mímica de un juicio en la corte, permitiendo a cada miembro de la familia contar su parte, aunque bajo condiciones que hacían más por intimidar a los niños que para animarles a dar su testimonio con honestidad.
La separación de la iglesia de los asuntos mundanos, resulta en crear un tabú de hablar con personas de afuera y además un deseo de permanecer “inocentes ante los ojos del mundo”. Esto creó problemas en como los Testigos manejaron nuestro caso particular. En general si alguien claramente rompe la ley civil, los ancianos animan a la persona a dirigirse a las autoridades legales.
Por ejemplo, para el tiempo de los eventos, un asesino había recientemente sido animado por los ancianos a confesar su culpa a la policía. Pero parece que aplicaron un doble estándar en nuestro caso. Mientras reconocieron la seriedad del comportamiento incestuoso de mi padre, los ancianos no animaron a Daniel D´Haene, a entregarse a las autoridades civiles.
El caso de asesinato y el hecho de que nuestro caso vino inmediatamente después, indudablemente nos perjudicó. Uno de los ancianos que atendía el caso de nuestro padre, el anciano Surin, estaba casado con un familiar de la víctima del asesinato. De modo que cuando vio que aquí estaban ante él, cuatro niños físicamente sanos, para dar testimonio en contra de su padre, él no nos consideró unas víctimas, sino que nos vio como participantes de actos pecaminosos. Además estábamos vivos…¿Qué derecho teníamos de quejarnos?
Tal, era el nivel de profunda ignorancia del abuso sexual dentro de la sociedad de los Testigos de 1973. (Aun así, el anciano Surim, no era completamente ingenuo. Me dijo a mí, tiempo después, “Le advertí a mi esposa que mantuviese a nuestros hijos lejos de tu padre”)
El caso fue conducido por los ancianos como una imitación de juicio. Cada uno de los niños fue interrogado individualmente por los ancianos, siguiendo un formato estructurado que, no nos permitió contar nuestra versión. Al final. Los ancianos decidieron expulsar a nuestro padre, un castigo severo desde el punto de vista de su alma inmortal, pero difícilmente satisfactorio para aquellos que aun teníamos que vivir con tal hombre. Además, los ancianos censuraron a nuestra madre, quien estaba al tanto de lo que pasaba desde hacía dos años (por boca de nuestro Hermano menor Erick), por no haber dicho nada a las autoridades de la iglesia.
Hubiera querido que en ese momento alguien nos hubiera llevado lejos de nuestro padre, pero el juicio de los ancianos parecía final e irrevocable. Tenía 12 años, y difícilmente podía entender las legalidades de la situación. Por si fuera poco, toda la familia ahora estaba sufriendo la culpa por estar asociado con nuestro padre expulsado.
La actitud condescendiente de ciertos ministros, los ancianos escogidos por Dios, alimentó la el problema, al decir ellos que cierta energía negativa había descendido de parte de Dios a nosotros. Un Superintendente de Circuito me dijo que a partir del momento en que el oyó de los crímenes de mi padre, el juró nunca tocar ni un vaso con agua en el salón del reino de Aylmer, porque como dijo que estaba contaminado con “el toque de tu padre”
Al menos por un tiempo, nuestro padre se sintió restringido por la decisión de los ancianos – o al menos – porque el secreto se había hecho público. “Tenemos de terminar esto” ,nos dijo en una ocasión. Aún a los 12 años, encontré esa frase, algo ridículo. ¿“Tenemos” que terminar? Dando a entender que habíamos sido compañeros sexuales de modo voluntario. Su expulsión le preocupó lo suficiente como para detenerlo por un tiempo. Pero supongo que todos sabíamos que volvería de nuevo a lo mismo.
El abuso continúo pronto después y pasaron tres años más, terminando en 1976, cuando nuestros padres se divorciaron.
Por qué las víctimas no cuentan.
Incluso hoy en que miramos los escándalos de sacerdotes católicos quedar descubiertos y legiones de chicos salir adelante y reportar abusos cometidos años después, la mayoría de las víctimas de aviso sexual, especialmente varones, son reacios a contar lo que les ha ocurrido. ¿Por qué debería ser este el caso?
Desde 1982, el año en el que yo y cuatro otras víctimas levantamos cargos contra nuestro abusador en la corte, muchos hombres me han confesado las historias de sus abusos sexuales. Pero muy pocos las han hecho pública. Una pregunta aún más inquietante es: ¿Por qué las víctimas no reportan los abusos mientras estos están ocurriendo? Para los chicos al menos, quizá la razón más común es la vergüenza cultural impuesta cuando el contacto ha sido homosexual. Mientras la mayoría de las víctimas no son gay, el mismo hecho de haber sido objeto abusos podría levantar dudas en los demás respecto a su masculinidad. Más aún, las víctimas de abuso sexual aunque son inocentes de cometer males ellos mismos, a menudo son hechos sentir por la gente, como si fueran “cosas estropeadas”.
Así por ejemplo, después de oír nuestro caso, un ministro que de otro modo era simpático, me recomendó cambiar mi nombre “porque ahora suena mal. Está conectado a tu abusador. La gente pensara en él, y no en ti como víctima”
La crisis actual de la Iglesia Católica revela, que una poderosa institución puede pararse como una barrera formidable para evitar la filtración de secretos poco gratos como los de abuso sexual. En nuestro caso, aun después de que la situación llego a conocimiento de nuestra madre, la familia permaneció reacia a mover el bote y molestar al pesado aparato judicial de los testigos. Haber reportado el abuso que sufrimos, hubiese involucrado a la Sociedad Protectora de la Infancia, la cual nos hubiese removido del alcance de nuestro padre – pero ¿Dónde hubiésemos terminado entonces?
Finalmente, no hubo ninguna garantía en suponer que un resultado satisfactorio hubiese ocurrido cuando el asunto se hizo público. Nueve años después de nuestro paseo dentro del sistema judicial de los testigos, llevamos a nuestro padre a una corte criminal esperando tener alguna oportunidad, al menos de testificar públicamente y contar nuestra verdad al juez. Pero nunca tuvimos tal oportunidad porque el fiscal hizo un arreglo con los abogados de nuestros padres antes de llevar el caso a la corte. Por lo tanto mientras logramos condenar a nuestro padre y fue sentenciado a dos años de reformatorio, esto más pareció una victoria Pírrica, al tiempo en el que nuestro caso había terminado.
Un punto que tratamos de establecer fue que nuestro padre era un individuo enfermo que requería estar aislado de la sociedad para tratar su enfermedad mental. En su comentario final, el juez reconoció que nuestra “niñez debió haber sido el infierno en la Tierra”, pero él también considero que nuestro padre “no estaba ahora, en mi opinión, en necesidad de rehabilitación o reformación y no es un peligro para ningún miembro del público”. El juez dijo que él se basó en el reporte psiquiátrico que “mostraba claramente que no habían signos de enfermedad mental”. Y de este modo, aunque el resto de nosotros estuviésemos en un proceso de recuperación de víctimas de abuso, un proceso que podría requerir años de terapia, confusión sexual y aterrorizadores recuerdos, nuestro abusador terminó perfectamente sano y sin requerir terapia alguna. La ironía final fue que el juez citó a la Sociedad Watchtower, como un factor en su veredicto absolutorio. Mientras reconoció que “quizás la sociedad debería cargar con parte de la culpa por la continuación de estas actividades después de 1973” el efecto neto fue que la Iglesia nuevamente sirvió como un escudo a los pecados de nuestro padre.
Donald D’Haene.
Anexo:
Los valores familiares de la familia D’Haene: tomados del libro “El Toque de Papá”
(El relato está escrito en tiempo presente, como si Donald estuviese haciendo una regresion al tiempo de los eventos)
Mi papa llevo a Ronny a un viaje de caza. Pero papa y Ronny no iban a cazar.
Papa se detuvo en un camino de tierra en el campo.
Papa se sacó su “cosa”(su pene)
“Ok, ven aquí ahora”
“NO!”
“Haz lo que te digo, muchacho!”
Ronny mide 1.80 metros ahora. Nadie incluyendo su padre, le va a decir a mi hermano que haga algo que él no quiere hacer.
No sólo repudia a su padre sino que lo amenaza.
“No se te ocurra volver a tocarme, o a cualquiera de los muchachos de nuevo. Si llego a saber que has tocado a Donald, Marina o a Erick, eres hombre muerto”
No hay nada más que decir. Papá nunca se aproximó a Ronny de nuevo.
Finalmente le dijimos a nuestro hermano que “El Juego” había continuado. Ronny está furioso, y también se siente culpable.
Ronny llego a ser el único de nosotros que ha alcanzado algún tipo de independencia. Se asegura de raramente visitar nuestro hogar. Deseaba creer que Papa había dejado de jugar “El Juego” con nosotros después de su amenaza física, de hecho lo hizo por un tiempo.
Ingenuamente pensó que había una posibilidad de que fuésemos una familia feliz. Pero la verdad lo choqueó. Mientras tanto nosotros pensábamos que “El Juego” había continuado con él también. No había ninguna razón para dudarlo. ¿Por qué habríamos de haberlo hecho?
Ronny sabe que tiene que hacer algo. El promete que lo hará, pero como está bautizado como cristiano ahora, no puede físicamente lastimar a su padre.
En vez de eso busca ayuda afuera. Decidió ir a contarlo todo a los ancianos del Salón del Reino de los Testigos de Jehová.
Mamá dice. “No les digas”
Papá no dice nada, pues sabe que la filtración es inevitable. Dios sabe que él Juega “El Juego”. Ahora los Ancianos de Dios lo sabrán.
Su silencio en esta crisis es un brillante y calculado movimiento.
Yo, estoy extasiado.
No más secretos ni mentiras.
¿Y Ronny?
Como hermano mayor, la presión sobre él es insoportable. Teme un castigo físico en retribución por parte de su padre, no solo para él, sino para nosotros también. Pero ahora él tiene que lidiar con otro factor desconocido, ¿cómo reaccionarán los ancianos ante estas noticias?
Destrozado confiesa ante los hombres de Dios, que nuestro padre ha abusado sexualmente de nosotros por años. La reacción de ellos: Una combinación de lejanía, curiosidad y confirmación. Nuestro Padre es llamado a una reunión con tres ancianos. Mamá está enojada con Ronny por quebrar el silencio. Su humillación privada, ahora saldrá fuera de su círculo íntimo.
Se nos dice a nosotros cuatro, que debemos testificar delante de los ancianos. Ronny tiene 15, yo tengo 12, Marina 10 y Erik 7. Papa confiesa que las acusaciones son ciertas. ¿Cómo podría no hacerlo? ¿Por qué habrían de mentir sus cuatro hijos? ¿Por qué habría de mentir mamá?Además, el silencio de ella respecto a la confesión de Erick, ha sido una admisión de culpabilidad de hace dos años atrás.
La calmada aceptación de culpa de papá no es algo en verdad sorprendente. Quizás su silencio le sirve para algo. Acaso una postura antagónica y defensiva ¿no aumentaría la tensión en una situación de por sí, explosiva?
Mi inocencia e ingenuidad son arrojadas a la arena pública por primera vez. Me siento como un testigo en una corte. Estoy extasiado de que nuestros secretos al fin salen a la luz, me digo “Ahora mi vida va a mejorar” “Los ancianos de Dios, vendrán a abrazarme y a decirme que Dios me ama tal como Jesús les dijo a sus discípulos”
Nos llaman a los cuatro hermanos al salón para contarles a los ancianos de los abusos de nuestro Padre. Estoy nervioso pero no asustado. Después que Ronny deja la salita chica, en la parte de atrás del Salón del Reino, me llaman. Camino a la sala pequeña, con 5 sillas. Me siento delante de los tres hombres de Dios. Creo completamente que estos son ancianos escogidos por Dios. Sé que mi madre cree en ellos. Incluso mi padre cree en ellos. Yo no puedo, mentirle y no lo haré a los ayudantes de Dios.
“¿Te das cuenta de la importancia de decir la verdad? Es la voluntad de Dios, que lo hagas” me dice un anciano.
“Si” prometo.
“Describe el acto sexual con tu padre. ¿Que hiciste tú exactamente? ¿Cuán frecuentemente? ¿Por cuántos años?”
Tan incómodo como puedo estar, la verdad es que disfruto de la atención que me ello me dan. Pensando Donald describe “El Juego” perfectamente. He repetido este monólogo antes. Haberle explicado a mamá la confesión de Erick, es una reafirmación, que me sirve ahora. Después de todo, ella me preguntó las mismas preguntas, pero cuando le dije, ella se puso a llorar.
Estoy en el escenario de nuevo, pero esta vez, es Dios quien está oyendo. Sé que lo que digo es importante. No sé por qué, pero sé que es así. Nadie me pregunta como me siento o como me sentí. Nadie me toca. Las preguntas son frías, toscas y referidas a datos concretos. No tengo el valor para hacer preguntas. Como siempre, Donald no llora. “Gracias, te llamaremos más tarde” y me dejan ir.
Un anciano sale de la sala chica. “Ahora que venga Marina” La línea de ensamblaje de los niños D’Haene continua en la sala chica. Estoy sentado en una silla del Salón. Decir que no comprendo lo que me está pasando, es comprensible. “Papá es malo, y va a ser castigado” me dice mi mamá.
Estoy envuelto en algo muy malo. Me siento como en una película de un juicio en la Televisión y el show es largo y aburrido, pero no puedo cambiar el canal!”
Erick está sentado al lado mío, esperando su turno. Golpeo con mis pies, las patas de la silla que está delante mío, esperando y esperando.
Finalmente mi mamá es llamada a responder preguntas. “No dije nada porque estaba avergonzada por los niños, por mi e incluso por Daniel. ¿Que pensarían ustedes los ancianos de nosotros? Guardé todo para mí, por mucho tiempo. No sabía qué hacer o qué sentir. Sé que Daniel influenció en mí, para que yo dejara todo, tal como estaba” “Me equivoque mucho al no contarles a ustedes” “De verdad me siento horrible y culpable y le oro a Dos que me perdone. Me siento avergonzada. Sí, al principio quede choqueada y me enoje con Ronny por contarlo, pero después supe que eso era lo mejor. Pero aún estaba avergonzada y no quería que los demás supieran”
En unos días, se hace otra reunión.
Nuevamente, estoy en la sala chica con estos adultos. Esta vez mi mamá y mis hermanos están allí conmigo. Uno de los hombres empieza a hablar
“Tu padre será expulsado y tu mamá será censurada públicamente por conducta no cristiana. Cuando tu padre venga a reuniones al Salón, se sentara atrás. Ustedes se sentarán con él y con su madre. Recuerden ustedes aún tienen que rendir honor a su padre como jefe de familia”
Estoy mareado. Mamá censurada públicamente. Sentarse en la parte de atrás del Salón. Honrar a tu padre. No pude oír el resto de lo que el anciano dijo, para mi eran sólo balbuceos.
Estoy feliz. Entiendo que la excomunión de mi padre significara que él no será más testigo de Jehová. Eso tiene sentido. El pueblo de Dios no juega “El Juego” con sus hijos. Tampoco dicen que deben mentirle a su mamá.
Estoy confundido. ¿Cómo podemos “honrar” a nuestro padre? El nunca habla con nosotros a menos que juguemos “El Juego”. ¿Espera Dios que yo y mis hermanos honremos a nuestro padre en algunas cosas y no en otras?
Estoy triste. Mamá será castigada por mi testimonio. ¿Por qué? No entiendo! Mi padre tiene que ver con el dolor de mi madre. Y ahora, yo también tengo algo que ver con lo mismo. ¿Cómo me puedo sentir feliz y triste al mismo tiempo?
El gran secreto ya está a la luz. Pero una nube negra continúa posada sobre nosotros. Me dan miedo estos hombres, pero Dios debe haberles dicho que deben hacer esto.
Mientras mamá maneja de vuelta a casa, nos dice “es la voluntad de Dios. Cometí un error. Debí haber hablado con los ancianos”
Mi padre como siempre, no dice nada.
Vamos en camino a una casa grande, de cuatro cuartos, arriba de la ladera, con granero, con un silo y una granja de gallinas. Nada ha cambiado. La gente sabe y estamos viviendo con Papá como una familia. ¿Continuara el abuso? Yo creo que sí. Sé que así será.
El Domingo, vamos a la reunión de congregación, y se dá el anuncio público.
“Daniel D’haene está expulsado por conducta no cristiana. Jeanttte D’haene está censurada públicamene. Ahora , pongámonos de pie y entonemos el cantico numero….”
Estamos en el medio de un de circo de locos y aun así nadie nos mira. No entiendo por qué. No siento nada. Pero ¿qué se supone que debo sentir?
CASO 2
Contribuido por ANITA MARIA
Hola: Trataré de explicar lo sucedido con mi papito. Tal vez me alargue pero en este caso algunos detalles son necesarios para entender la dimensión del problema que te cuento y de cómo finalmente yo pude encarar la situación.
Confío que esto pueda servir para crear conciencia de las injusticias que se cometen en todas partes muchas veces en nombre de la religión.
MI NIÑEZ:
Recuerdo que mi hermano y yo éramos prácticamente huérfanos a pesar de tener a nuestros padres biológicos vivos. Fuimos el resultado de un matrimonio obligado por el embarazo de mi madre del cual yo soy fruto. Tanto ella como mi padre, eran dos irresponsables adolescentes, de 15 y 16 años, que no estaban en condiciones de hacerse cargo de dos hijos y no comprendían la responsabilidad que esto conlleva. Por lo tanto, crecí en la casa de mi bisabuela materna.
Mis memorias me llevan a una niñez rodeada de mujeres adultas solteras, apegadas a sus viejas costumbres propias de épocas y lugares llenos de supersticiones y mitos. Mi madre al igual que yo, también fue criada en esa casa, en ese entorno social. Por eso se puede decir que ella y yo vivimos las mismas circunstancias y compartimos los mismos ambientes, pero entre ella y yo, el tiempo ha demostrado que, a pesar del recibir el mismo patrón de crianza impuesto sobre nosotras, adoptamos actitudes diferentes ante la vida.
Yo desarrolle lo que llamamos en psicología “resiliencia”. La capacidad de soportar los embates de la vida y mantener la compostura para enfrentar las vicisitudes.
Mi hermano por su parte, fue el hijo predilecto de mi madre. El resultado en nuestro caso es que esta situación de abierto favoritismo de mi madre con él en desmedro mío, creó una rivalidad entre nosotros. Sin embargo, esto era responsabilidad directa del manejo de mi madre. Yo era maltratada por ella, víctima de castigos físicos y hostigamiento psicológico constantes. (Cada vez que ella nos visitaba, provocaba en mí, un profundo temor).
Cuando yo tenía aproximadamente unos 6 o 7 añitos, llegó un señor a casa a visitarnos. Este hombre, resultó ser, mi futuro “padrastro”. Un hombre descendiente de italianos, culto y comerciante próspero. Él, con su madre (viuda), y su otro hermano tenían fuente de soda, rotiserías y panaderías. Yo lo recuerdo aún, cuando mirándonos con una mirada de ternura en su rostro, por primera vez en mi vida sentí la caricia de su mano sobre mi cabeza. Creo que lo amé desde que lo ví.
Decidió casarse con mi madre, “para darle un hogar a esos niños”, según sus propias palabras. Tenía yo unos 9 años cuando llegamos al nuevo hogar que él nos dio. Puedo decir con mucha alegría y gratitud que él, era todo lo que un niño necesita de un padre. Nos dió una niñez llena de felicidad, por primera vez supimos de navidades y fiestas de cumpleaños, de medidas justas y consecuentes de disciplina. Sentimos el amor sincero y de verdad. Su amor, fue el único amor que yo conocí de niña. Pues mi madre no desaprovechaba momentos de seguir con su maltrato físico y psicológico hacia mí, cuando mi papito no estaba presente. El siendo tan noble, no podía imaginar lo que sucedía a sus espaldas.
Fue en estos años que él sufrió un terrible accidente automovilístico, veníamos de regreso de la playa y se pinchó un neumático. La mala fortuna se cruzó en el camino, lo mismo que un enorme camión que le pasó por encima. Como resultado de este accidente, mi papito estuvo un año limitado y sin poder caminar. Muchas intervenciones quirúrgicas fueron realizadas, en él. Procedimientos dolorosos y angustiantes en los que le pusieron pernos y fierros en las caderas, para sostenerlo.
Con mucha terapia y su entereza logró, con dificultad volver a caminar. Pero ya nunca más volvió a ser el mismo. En invierno las bajas temperaturas congelaban los metales de sus caderas y piernas y le provocaban mucho dolor. No dejó de cojear con los dolores que las secuelas que el accidente le provocó. (Yo para ese entonces tenía 10 años).
La irresponsabilidad, y falsedad de la mujer que me dio a luz, hizo que este mundo, para mí maravilloso, se derrumbara.
Producto de su infidelidad la familia que yo tanto había anhelado, se caía a pedazos.
Un hecho, que recuerdo perfectamente como si fuera hoy, resultaría en cambiar mi actitud ante los desafíos de la vida. Ocurrió en ese entonces. Mi papito, herido, sentía su corazón destrozado por la infidelidad de mi madre y tomó la decisión de separarse de ella, pues era un hombre digno. Cuando mi madre vio que se le iba “su mina de oro”, fue a hablar conmigo y de un modo bajo y vil trató de manipularme. Apelando al gran amor que yo le tenía a papá, y al amor que él me tenía a mi, me pidió que le rogara que se quedara. Según sus propias palabras: “Tu amas mucho a tu papito, ¿Verdad?; si tu le ruegas que se quede y no se vaya, el se quedará”. Este ha sido uno de los momentos más cruciales de mi vida, quizás el momento que me define como persona, si eso es posible de afirmar. Pero no miento en decir que creo que ésto decidiría mi actuar en el futuro desde entonces y para siempre. Encaré a mi madre y le respondí claramente y con firmeza que porque yo amaba a mi papito, prefería renunciar a él, antes que pedirle un sacrificio así y seguir viéndolo sufrir como sufría por los actos viles de ella. Inmediatamente bajé la cabeza esperando la golpiza, que ¡No llegó! ¿Quién puede soportar el peso de las verdades? Tenía 13 años. Por primera vez en mi vida, pude hacerle frente y tomar una decisión crucial. El renunciar a los que yo más amaba en la vida por altruismo, sin medir consecuencias, me dio la fuerza que ha forjado mi carácter.
AÑOS DESPUÉS Y LOS Testigos de Jehová:
Nunca interrumpí mi relación con papito. Aunque más tarde, él se casó por segunda vez y yo, ya era mayor de edad, seguí en contacto con él. Su nueva mujer se llamaba Georgina.
Por asuntos de la vida esta mujer, comenzó un estudio con los Testigos de Jehová y usando su presión, lo coercionó para asistir a las reuniones de su nueva religión, pues sabía cómo manejar a mi padre que era un hombre conciliador.
De modo muy curioso mi madre, también se había hecho Testigo de Jehová, y sin tener ningún tipo de contacto con ellas dos, yo por mi parte, comencé a estudiar la biblia también con ellos. Se dio entonces el caso que las tres estábamos de testigos por el mundo.
Mi padre, con un carácter profundamente disminuido, accedió a bautizarse, puesto que esto era una “gloria” para Georgina.
Yo acostumbraba a visitar a mi papito y a su mujer. Con ella tuvo dos hijas.
Sin embargo empecé a notar con cada visita, que gradualmente mi papá mostraba signos de estar siendo desatendido. Vestia ropa sucia, y sus camisas a veces estaban sin botones, dando un mal aspecto.
Reconozco que de algún modo esto era responsabilidad personal, sin embargo, mi papá era tradicionalista y confiaba en que la mujer debía atender los detalles relativos a la limpieza de la ropa, el planchado y otros menesteres, mientras el hacia su trabajo de “hombre”. Mi padre era muy trabajador. Enfermo como estaba siguió trabajando en un pequeño negocio que conservaba. (Atrás quedaron los años de los negocios grandes, pues mi madre lo arruinó económicamente al tiempo de la separación). Pobre papá, tan ingenuo en medio de esta clase de gente.
Georgina restringió el lugar donde mi padre podía acceder a estar en su casa. Mi padre se instaló en una habitación al final de un rincón donde la luz del Sol no llegaba y a la cual nadie iba a limpiar. Penoso era ver a mi papá en su cuarto, desaseado como el mismo estaba.
Por otro lado, el contraste notorio, era la radiante personalidad que Georgina expresaba quien como Precursora Regular de la Congregación, recibía atenciones, asignaciones, respeto, y atendía a los hermanos en la casa que mi padre mantenía.
Todos los años, como costumbre ella tenía que renovar el mobiliario de la casa, incluyendo refrigerador, sillones, mesas, sillas y otros muebles, pues según ella lo anterior ya estaba “obsoleto”. Nunca nada era suficiente, para las pretensiones materialistas de esta mujer.
El rasgo de “Precursora” y su enseñanza y pretendida espiritualidad, contrastaban con el trato humillante al hombre que le daba el sustento a ella y a sus hijas.
Yo sufría de ver esta situación, y no intervenía, salvo regalarle a papá ropa nueva, y llevarle alguna comida que a él le gustara. Yo pensaba que eran problemas de matrimonio. Los temas privados nunca han sido de mi interés.
Nunca me hice parte de nada hasta que un día Georgina pidió hablar conmigo a solas.
En ese entonces ella supo que quien me hacía estudio de la Biblia con los testigos era un miembro importante de la Organización y razonó que usando este contacto, podría quizás conseguir apoyo para llevar a cabo su plan de “separase” de mi papito.
La razón que ella buscaba era de algún modo un apoyo externo, pues, no tenía base bíblica para hacerlo según su religión, al menos, hasta ese momento. Georgina me dijo en esta conversación que había separado “dormitorio” con el (aun cuando todos sabían que mi papá estaba durmiendo sólo en su cuartucho oscuro y sucio), porque mi papá quería obligarla a tener relaciones sexuales “contranaturales”, es decir relaciones de tipo anal.
Esto pudiese ser algo escandaloso para la mentalidad de los testigos de Jehová de ese entonces, cuando este factor era de por si una “causal” de divorcio, pero el punto más horrendo de sus declaraciones fue que Georgina, la Precursora Regular, afirmó que mi padre había intentado abusar sexualmente de las hijas que ambos habían concebido.
En su afán de establecer estos hechos como reales, Georgina fue casa por casa de los vecinos, siguiendo una actividad en la cual era experta, para hablar con los vecinos de este hecho y provocar un daño irreparable a la imagen de mi padre.
Llegó al extremo de recolectar firmas para presentar como evidencia de los pecados de mi padre delante de los ancianos.
Yo la escuché con atención, no quise emitir un juicio, el asunto era muy delicado y por supuesto, ella me pidió que yo hablara “con mi madre espiritual” sobre el asunto. La mire con seriedad, sintiendo un profundo desprecio por ella y le dije calmadamente que lo pensaría. Realmente todo me parecía una vil mentira.
Esta conversación me confundió mucho, pero mi corazón y la lógica me decía que no podía ser, -yo en aquel entonces estaba convencida de que las cosas que dice la Wachtower eran “la verdad”. Por lo tanto considerando que mi madre también era testigo de Jehová, fui directamente donde ella, para tener una seria conversación.
Recordándole que ella era “testigo de Jehová” bautizada y ” que no podía mentir”, le pregunté si alguna vez papito la había obligado sexualmente a realizar estás practicas alegadas por esa mujer.
Mi madre saltó de si silla como un resorte: “¡Jamás, -me dijo- Jamás el me pidió nada parecido!”; -“El siempre fue un caballero, hasta en la intimidad!”-.
Ella intrigada me preguntó por qué le preguntaba tal barbaridad, y le expliqué la razón de mi pregunta. Yo le dije a ella. Papito jamás me tocó ni hizo algo así siendo “mundano”, menos lo iba a hacer siendo “cristiano bautizado”. Ahora es un hombre mayor, víctima de un terrible accidente que termino con incapacitarlo físicamente. Nunca hizo algo que me hiciera sospechar nada impropio, y si no hizo eso conmigo que yo no era nada de él, menos lo iba a hacer con sus propias hijas.
La calumnia y la maldad de esta mujer para mí eran evidentes.
Lo que años atrás le había hecho mi madre era nada, comparado con todo el daño que le hizo esta Precursora Fiel.
Pero, ¿Qué era lo que ella perseguía?.
Simplemente como ya no podía sacarle más dinero porque lo había terminado de arruinar, ahora quería deshacerse de él y que la mantuviera pero de lejos.
La estratificación piramidal de la sociedad de los testigos de Jehová me impidió a mí interceder pues yo aunque “estudiaba” La Biblia, aún no estaba bautizada.
Le pedí a mi madre que fuera a interceder a favor de él. Pero ella, cobarde, no lo hizo. Queria agregar que las hijas que tuvo del 2º matrimonio, nunca lo abandonaron, siempre apoyaron a su papá y cortaron relación con su madre. eso dice bastante y es prueba que todo lo que esta mujer inventó fue una mentira.
Yo en ese entonces no entendía cómo se manejaban los asuntos con los ancianos.
El resultado fue que al final, mi padre fue expulsado de modo humillante, en una época en que las expulsiones se hacían nombrando “el delito” específico delante de toda la congregación, con nombres y apellidos.
¿Pero y dónde estuvo la verdadera justicia de Jehová?; ¿Es ese el manoseado espíritu santo del que tanto hablan los testigos?; ¿En qué se basan los ancianos ignorantes y miopes para llegar a una sentencia?.
Se los digo, en un montón de basura, chismes, mentiras. Tipos iletrados que deciden como si fueran doctores en jurisprudencia.
Ella siguió en su carrera de predicación, Una precursora modelo; manteniendo esta ficticia reputación como un ejemplo de “hermana espiritual”, dentro de la congregación.
Supe yo que la historia de esta “Precursora regular” se remontaba a antes de casarse con papito. Ella tenía un único hijo de su primer matrimonio; un día el muchacho adolescente de 15 años, llegó a casa de improviso y encontró a su madre en la cama con el mejor amigo de su papá; ¿Qué sucedió?; El muchacho en un ataque de desesperación, fue a un cajón del mueble donde tenía el padre el revolver y se disparó un tiro.
La mente retorcida de esta mujer y el caso de mi madre, demuestra que en muchos casos dentro de las religiones, solo gente enferma puede permanecer viviendo una mentira a costa de los demás.
Fue tan mala esta mujer, que no contenta con todo el daño que le hizo a mi padre, hasta le dijo en su cara que tenía que verlo en la calle pidiendo limosna y arruinado. ¿Es propio de un cristiano tener tanto veneno en la lengua y el corazón?.
AMIGAS:
Tiempo después de ésto, mi madre y esa mujer no tardaron nada en hacer amistad. Resultó que mi madre y esa mujer se hicieron “amigas”,
¿Por qué?.
Por esa extraña idea de que como eran “hermanas de fé”; eran ¡”hermanas”!. Puedes ser una basura de persona, pero como estás dentro de la misma religión que yo tengo, “eres buena”.
Diez años después de ésto, yo vivía con mi madre y me la aguantaba por circunstancias. Pero yo llevaba el peso de los gastos y la manutención, pues como es sabido; la mayoría de los testigos mujeres, prefieren no trabajar y que otro los mantenga para pasar en la calle “predicando”.
Hacer el precursorado era el deporte favorito de estas dos brujas.
Un día me dice mi madre que invitó a Georgina a casa a tomar el té para el sábado. Yo salté en el acto: -“¡Qué!?”- e inmediatamente le dije que esa mujer no entraba a la casa por ningún motivo. Que ella sabía cuánto daño había hecho a mi papi, basado en calumnias, mentiras y cómo el salió de la manera más humillante y no tuvo defensa alguna. Le puse un ultimátum, yo era la que pagaba las cuentas, yo era la que llevaba el peso económico de la casa y yo decidía quién entraba.
Por tanto a mí no me importaba lo que ella le dijera a esa mujer, yo no la quería ver ahí. Indignada le dije que si quería le dijera que yo no la quería en casa; pero si yo la veía aparecer la echaba a patadas y que ella sabía que yo era capaz de eso. Nunca me había visto tan seria e indignada. – “A ti te perdono porque eres mi madre y no me queda de otra, pero ella no es nada mio”- . Así concluí el asunto.
Por supuesto la mujerzuela no llegó.
Años después, Georgina cayó enferma de cáncer y murió. Solo así mi papito pudo quedar libre de esa nefasta mujer. Mi madre fue amiga de ella hasta el final y cuando me dijo que había muerto, me alegré montones.
En un breve mail me dijo: “Yo se que no te gusta que te hable de gente que no te agrada, pero Georgina murió en el hospital”. Fue la única vez que dije algo, porque a los anteriores mensajes donde me decía de la enfermedad de “su amiga”; nunca le respondí ni media palabra. Para mi era como que no existía. Solo le respondí: “Bien muerta que está”.
ACTUALMENTE:
Mi papito falleció el 21 de Julio del 2013.
Me dolerá toda la vida no haber podido ir a darle un adiós. Pero cuando visité mi país en Nov Del mismo año; lo primero fue ir a su tumba a dejarle mis recuerdos, mis palabras de amor incondicional y un ramito de flores.
Finamente encontró la paz, y tuvo una buena mujer que lo cuidó y lo amó como él se merecía. Una novia de juventud que encontró al final de sus años.
A ella mis respetos y amor por la noble labor que ella hizo: Anita Medaglia.
Me queda la tranquilidad en mi corazón que le di todo el amor que pude darle y nunca dejé que nada se interpusiera entre los que los demás dijeran y lo que me dictó el corazón, a un hombre y padre ejemplar.
En memoria de papito:
José Piccoli Foppiano
(13-Nov.-1933 / 21-Jul.-2013)
De su hija: Anita María