Entre las múltiples vicisitudes, actividades, circunstancias, etapas, objetivos, actividades, estados emocionales, ambientes externos, problemas intrínsecos y adquiridos, nos toca el vivir nuestra vida del mejor modo posible, según nuestras aptitudes y circunstancias.
Qué me lleva a escribir todo esto y a embarcarme con amigos y amigas a una obra de información que incluye redes sociales, blog y canal de videos?
Últimamente he estado pensando seriamente en eso y puedo reconocer que tengo una interna sensación de deseo de búsqueda, un anhelo de hallar respuestas a la pregunta última y más canalla de todas… No es el Cómo ni el Por qué, sino: ”Y Para qué”?
Esa pregunta desarma…y un hilo helado de sudor frio, recorre atraida por la gravedad, por mi espina dorsal y me hace suspirar mirando al cielo los destellos de estrellas que estuvieron en el firmamento hace miles de eras atrás.
Deseo enfrentar el tema del los Testigos de Jehová y su Organización, reconociendo mis límites, recitando como un mantra…γνωθι σεαυτόν μηδέν άγαν (gnothi seauton, medén agán, que es: “Conocéte a tí mismo, no te excedas”… emulando a los griegos, que leían el lema incrito en el templo de Apolo en Delfos), y transmitía la a quien leía la idea de la fragilidad humana, y del aquí y el ahora, pues no eres un dios, eres sólo un hombre mortal. Con esa humildad implantada por la razón, deseo buscar, hurgar y escarbar en aquellas cosas que fueron atesoradas por mí , para descubrir qué hay tras todo, después de todo.
Qué me lleva por estos caminos y razonamientos?
Atacar a los testigos?… No, lejos de ello. Para mí la Organización de los Testigos de Jehová, es una de mis actividades generadoras de memorias, capaces de explicar la razón de lo que soy ahora. Qué me lleva a escribir y comunicar?…es eso. Saber que quizás en la red alguien en el futuro, lea, oiga y tome estos relatos, e invenciones y le sirva de algo es mi motivador. Es acaso un deseo de trascendencia?, No…no creo. Yo creo que es una excusa para intentar vivir del mejor modo que pueda, sin atarme de modo innecesario al dolor de haber creído dogmas que hoy para mí no tienen fundamento sólido. Por favor, no piense Usted que intento decir que el camino de la virtud, como intentan practicarlo los testigos de Jehová sinceros no tiene fundamentos ni razones de ser. Torpe sería de mi parte, afirmar una sombra de tal cosa. Pienso que en general la idea que conlleva el cristianismo es grandiosa.
El cristianismo es capaz de transformar a un lobo en una oveja, a un alcohólico y adicto en una persona de buen vivir, es capaz de generar individuos positivos y productivos, mujeres sanas y nobles. En fin, personas que velan por el bien de los demás como si fuera el suyo propio. Qué grandiosa creencia es esta. Pero hay algo más que yo valoro en el cristiano de verdad…el que se supone practican los Testigos de Jehová. No es aquella postura seria y circunspecta del fundamenta capaz de recitar las distintas perícopas bíblicas, sino a alguien que vive sinceramente lo que cree, y que siendo una persona satisfecha, sana y tranquila, pone su vivir, basado en su creencia al servicio del hombre y no el hombre al servicio de su creencia. Me refiero a aquel cristiano radiante, que curioso y feliz explora el mundo sin temor a castigos, ni anhelante de bendiciones, porque sabe que tiene a un Padre que lo ama, lo guía y lo reconforta en todo tiempo y a todo momento. Extraño esa sensación, aquella dulce idea de un Dios magnánimo que cuida y vela por todo el mundo y pero protegiendo y consolando especialmente a los suyos del dolor. Valoro a aquel que sabe que lo que hace saldrá bien si se toma de la mano o pides la guía de Dios. Esa persona que estima que lo que hace le será de beneficio eterno, aún sin poder entender la acción en el presente. Hoy a esa fe la miro desde la acera de enfrente. Observando a veces atento, mientras voy escuchando música y tomando leche con chocolate. A veces, quisiera poder volver a tener esa fe pero…no puedo. No puedo, pues para tenerla debería renunciar a mi razón, y mi razón me ha dado más modos de explicar lo que antes era explicado de modo etéreo.
Es mía la culpa de ser así?…No. Es mi naturaleza. Si yo hubiese sido Tomás, no sólo hubiese pedido ver los orificios en manos y pies del redentor…es probable que le hubiese hecho un exámen de ADN.
En fin…veamos que pasa, veamos si en verdad este análisis somero, siendo un mero, y vulgar recitador de gente que sabe en verdad de lo que habla, me lleva a tomar este hilo de ideas, junto a varios otros muchos temas que tengo por ahí y que espero compartir con quien también se halle en la búsqueda de respuestas. Quizás algún día aquella persona lea esto y pueda vivir una vida en paz y prosperidad.
Debe ser que hoy llovía, y estaba más sensible que de costumbre.