La palabra “pecado” es de las primeras que eliminé de mi léxico.
“Errar en el blanco” dicen que significa, erramos cuando al cometer pecados fallamos para agradar a diosito; un dios que es bueno para vigilarte y captar el momento justo en que lo ofendemos aún sin darnos cuenta 😱.
La religión lo ha utilizado para hacer sentir a la gente sucia, culpable, mala, incompleta.
Cuando logran que una persona se sienta así entonces podrán controlarla y utilizarla.
Creerá que por lo tanto necesita “el perdon”.
En nombre de esta acción se han cometido verdaderas atrocidades que atentan contra la felicidad, la salud mental y el desarrollo óptimo del ser humano.
Para asegurarse de que te sientas en deuda y que siempre te sientas impuro te clavan el famosísimo “pecado original” que hasta un bebé por el sólo hecho de nacer trae consigo.
Ah pero vino Jebus para liberarte de ese pecado, estás obligado a hacer cuanto te indiquen sus malignos representantes y quedas esclavizado de por vida a aquel que dio su vida por ti.
Qué es el pecado?
Es vivir, aprender, equivocarte, crecer, experimentar, madurar.
Es un ser humano en toda la extensión de la palabra.
Quien no quiere que “peques” no quiere que vivas libremente así de sencillo.
Nota que quede claro que no me refiero a delitos como matar, robar o abusar de los demás.
La religion judeocristiana sin duda a causado mucho daño, empezando por atentar contra nuestra naturaleza.
Y exprimiendo a sus devotos con creencias tan insanas como el pecado y la culpa.
La religión ha sido muy astuta para dominar a su rebaño, manatiándolos no sólo por la culpa con el pecado original o con las transgresiones que durante su vida cometen, si no también es culpable de “pecado de omision” esto es aún por lo que debió hacer y NO HACE.
Nos crean en la mente una idea de que no hay escapatoria, para donde te muevas ya valiste.
De mi parte quedé tan traumada por las doctrinas de la secta Testigos de Jehová donde crecí que ni para bromas uso la palabra “pecado” por que al entender su significado y su origen me indigna.
Afortunadamente, podemos quitarnos todas esas ataduras que se sembraron en nuestras mentes con el único fin de manejarnos al antojo y conveniencia de unos cuantos.
Podemos continuar libres, sin cargas innecesarias, cerrando ese ciclo patológico que es el fanatismo y comenzar con una mente dispuesta a reaprender sin el lastre de la religión.
ARELI JIMÉNEZ ANGUIANO.