Así fue mi despertar

La primera vez que escuché hablar sobre la Disonancia Cognitiva* se me hizo un concepto difícil de entender, no me daba cuenta que los conflictos emocionales que se estaban dando en mi interior encajaban en él.

Fue un proceso paulatino… no se dio de la noche a la mañana. Siempre algo dentro de mí me decía que la Organización Watchtower no era tan sincera como decía ser.

Desde que era pequeña sentía cierta reticencia con respecto a lo que supuestamente Jehová pedía de mí, tenía que ser testigo de Jehová en todo momento y no podía ir a la escuela como cualquier niña normal. En las reuniones se me enseñaba que la escuela era mi “territorio” así que todos los días sufría porque debía de darles testimonio a mis compañeros.

Cuando teníamos el receso en aquellos años en que cursé la educación primaria, mientras mis amigos jugaban yo no sabía cómo abordarlos pues mi mamá me daba revistas para que las colocara, así que lo que hacía era que las dejaba sobre mi pupitre con la esperanza de que algún amiguito se “interesara” en las publicaciones y yo pudiera iniciar una conversación; pero nadie lo hacía. De hecho ahora que escribo estas líneas, me veo a mi misma en el Salón de clases sola a la espera de algún “interesado” mientras todos los demás se divertían en una cancha de básquet que tenía la escuela.

Mi mamá constantemente me preguntaba si alguien había mostrado interés y le decía que no, entonces me sugirió que fuera yo quien tomara la iniciativa e iniciara la conversación.

Con mucha pena le hablé a mi mejor amiga pero de forma muy educada me dijo que no estaba interesada en mi mensaje, que ella era católica y que la respetara; eso hizo que me sintiera muy mal así que desistí de predicar. Cuando mi mamá me preguntaba que si seguía predicando, le decía que sí, pero realmente dejé de hacerlo porque sabía que mi amiga tenía razón: ella tenía su religión y yo debía de respetarla.

En la secundaria pasó lo mismo, quise predicarle a una chica y su respuesta fue: “no hay amigos cuando se habla de política y religión, soy católica y quiero me respetes, ¿a poco a ti te gustaría que te estuviera hablando de mi religión?” y supe que ella tenía razón, por lo tanto desistí en mi empeño de predicar; aunque se diera la oportunidad dejé de hacerlo, oculté el hecho de ser Testigo de Jehová, únicamente cuando salía en la conversación era que decía mi afiliación religiosa, los compañeros me decían: ¿y porque no nos dijiste? Y pues mi respuesta era: “Porque no vi motivo para hacerlo”, porque era la verdad ¿a quién le importa realmente de que religión eres para entablar una amistad?  Esa idea únicamente se encuentra en la mente de los testigos de Jehová.

De adulta lo mismo, en mi trabajo no decía que era Testigo de Jehová, pero cuando hubo el primer cumpleaños tuve que decirlo, me negué a aceptar la primer rebanada de pastel pero la festejada me dijo: esta rebanada te la doy con todo mi corazón, si la rechazas allá tú, así que se me hizo muy feo rechazar esa rebanada y me la comí… ¡con una tremenda culpa!

En los siguientes cumpleaños no felicitaba a las personas, pero si me comía el pastel. ¡Qué absurdo!  Eso me hizo sentir inmensamente mal ya que mis compañeros de trabajo siempre me entendían, siempre tan amables, cálidos y empáticos ante mis comportamientos raros: no los felicitaba, ni les daba regalos pero sí me comía el pastel o lo que hubieran llevado para festejar. Y así fue con posadas, abrazo de fin de año, etc. Todas las festividades así me las pase y siempre pensé: ¿Dónde dice en la Biblia específicamente que no se deben de celebrar los cumpleaños? En ningún momento veo que se adore al festejado ¿Por qué dice la Organización que el que cumple años es sujeto de veneración que solamente le pertenece a Jehová?

Otra cosa que me tenía sumamente alterada eran mis aficiones musicales y literarias: Me encanta la ficción, el horror, la fantasía…. Y de música me encanta el metal, sobre todo el sinfónico. Música que para la Organización Watchtower era cosa de Satanás.

Sufrí bullying en la Congregación por haber estudiado una carrera Universitaria, siempre desde la plataforma me lanzaban indirectas: “Hay algunas hermanitas que se las ha llevado Satanás, deben de ponerse a pensar que son un mal ejemplo para los demás jóvenes”. Asi que era muy infeliz, iba a las Reuniones porque supuestamente era “La verdad” pero no entendía porqué estaba tan triste, nunca daba lo suficiente. Como trabajaba y estudiaba solo salía a predicar los domingos, así que tenía poca actividad, reportaba 4 o 5 horas (en la época en que fui testigo de Jehová, había que predicar mínimo 12 horas al mes y tener cuando menos un estudiante de la Biblia) y constantemente me llamaban los ancianos para decirme que debía de incrementar mis horas de servicio, ya que los números que arrojaba mi tarjeta de publicador indicaba una enfermedad espiritual, así que eso me hacía muy desdichada.

(Ya en otros escritos míos he hablado de la experiencia que tuve con cierto abogado al que le estoy eternamente agradecida, pero pienso que debo de mencionarlo nuevamente para darle continuidad al hilo de mi narración)

Un dia en la predicación de casa en casa me tocó predicarle a un abogado y me dijo que él había estudiado con los Testigos de Jehova en CDMX hacia varios años atrás, pero que dejó de estudiar con ellos porque leyó a Raymond Franz, me dijo “¿Sabes quien es?”  Yo le dije que no, entonces el se rió y negó con la cabeza: “Cómo es posible que no sepas quien es el hermano Franz… para que veas como te han lavado el cerebro, busca su historia, vas a ver que no te dicen la verdad”. La hermana que iba de mi compañera, me jalaba de la manga y quería que nos fuéramos, el abogado le dijo: “Oiga déjela que ella quiere escuchar”. Pero le hice caso a la hermana y me retiré.

Esa conversación me dejó muy perturbada, hará 10 años de eso , así que un día me metí a internet y puse en Google: Raymond Franz y salieron muchas páginas que hablaban de cosas apostatas, a Franz le decían “El Príncipe de los Apostatas” y como buena Testigo de Jehová adoctrinada, cerré de inmediato todas esas páginas porque sentía que estaba pecando contra Dios.

Corría el año 2017 que fue cuando mi interior explotó y desperté de golpe por lo que narraré a continuación:

Un día se hizo el anuncio de que la Congregación a la que yo asistía iba a desaparecer y se fusionaría con otras para “optimizar el Salón”. Eso se me hizo sumamente extraño puesto que teníamos buena asistencia… ¿cuál optimizar si el Salón estaba a rebosar con una asistencia de más de 100 personas? Y fue allí cuando no pude más y decidí que era el momento de hacerle frente a todas esas dudas que arraigaba en mi corazón. Me metí a internet y busqué en Google “Fusión de Congregaciones” y entonces me apareció el foro ExtJ.co  Aunque me temblaba la  mano porque tenía miedo de entrar a un sitio “apóstata” comencé a leer con avidez todas las experiencias que allí se narraban. Empecé a entender que no estaba loca, que no era la única que sentía que la organización JW no era “la verdad”. Alli encontré el libro “Crisis de Conciencia” de Raymond Franz y comencé a leerlo esa misma noche.

Raymond Franz perteneció al Cuerpo Gobernante de los TJ , hizo ese libro contando lo que pasaba en la sede de la secta allá en Brooklyn NY. Me dio una visión de lo que había detrás de cada Atalaya, de cada libro que los adeptos  leíamos y tomábamos como la verdad. Con el uso de la Biblia, Franz fue desmontando diversos temas doctrinales, los cuales  yo cotejaba para ver si realmente decía la verdad.

 No se cuantos días llevaba leyendo, me dormía en la madrugada… cuando de pronto, llegué a un punto de la lectura en donde me llegó el “insight”**

Espero poder describir de forma clara lo que me sucedió en cuestión de segundos:  una luz blanca me nubló la vista, me dolió terriblemente la cabeza justo en medio de la frente, los oídos comenzaron a zumbarme, la cabeza me daba vueltas, sentí náuseas. Como pude fui al baño a vomitar, y solo atinaba a decir  “Me han engañado, me han engañado” Y me puse a llorar, sentí miedo, rabia, angustia, impotencia y toda esa noche no pude dormir.

Me la pasé muy angustiada todos los demás días, me encontraba perdida y sin un propósito definido ya que toda mi vida estuvo basada en una mentira. ¿Qué es verdad? ¿Hay alguna verdad? ¿Quién define lo que es verdad?

Todo esto lo narro porque más de una persona me ha preguntado “¿Cómo le hago para dejar atrás a los testigos de Jehová?” Desde mi óptica no hay una verdad absoluta, cada quien debemos de buscar nuestra propia identidad espiritual.

Créanme que no es nada fácil ya que no hay una salida honorable del culto; es un trabajo diario y de lucha constante con todas las cicatrices que la secta dejó en mi sistema pero siempre me digo “Un día a la vez”.

Escribir para mí es terapia y plasmar mis ideas a través de estas líneas fortalecen mi interior y me ayudan a sobrellevar mi paso por esta secta destructiva.

Puedo decirles que hay vida después de los testigos de Jehová, cada día intento dar lo mejor de mí, cada día disfruto el hecho de estar viva y poder abrazar a mis seres queridos que aún están a mi lado. Ahora soy muy feliz pues estoy tomando las riendas de mi vida asumiendo la responsabilidad de mis actos como cualquier adulto sano lo haría. No hago separación entre personas, el término “mundanos” con los cuales no hay que relacionarse quedó en el pasado. Duermo tranquila en las noches sin estar con el temor constante de no dar lo suficiente para la Organización y que mi nombre sea borrado del libro del recuerdo de Jehová.

En cada uno de nosotros se encuentra el deseo y la voluntad de ser libres, solo que cada quien a su ritmo y según sus circunstancias de vida. Sin lugar a dudas “Alejarme de Jehová” es decir, de la Organización JW es la mejor decisión que pude haber tomado.

Aimée Padilla

* En psicología, el término disonancia cognitiva hace referencia a la tensión o desarmonía interna del sistema de ideas, creencias y emociones (cogniciones) que percibe una persona que tiene al mismo tiempo dos pensamientos que están en conflicto, o por un comportamiento que entra en conflicto con sus creencias. Es decir, el término se refiere a la percepción de incompatibilidad de dos cogniciones simultáneas, todo lo cual puede impactar sobre sus actitudes.

** insight es un término utilizado en psicología proveniente del inglés que se puede traducir al español como “visión interna” o más genéricamente “percepción” o “entendimiento”. Mediante un insight el sujeto “capta”, “internaliza” o comprende, una “verdad” revelada. Puede ocurrir inesperadamente, luego de un trabajo profundo, simbólicamente, o mediante el empleo de diversas técnicas afines.