En unos cuantos días se celebrarán las elecciones para diversos cargos políticos en mi país, así que es el tema obligado de conversación en todo lugar: ya sea en el trabajo, con los amigos o vecinos. Esto es estableciendo el escenario de personas normales conviviendo en sana retroalimentación; pero no puedo decir lo mismo con respecto al grupo de los testigos de Jehová.
Cuando fui parte de ellos siempre se nos decía en las Reuniones que debíamos de hablar de cosas positivas para estimularnos al “amor y a las obras excelentes”, y no tengo nada que objetar al respecto pues de manera personal pienso que si no tengo nada bueno que opinar sobre una persona, mejor me ahorro el comentario siempre y cuando no me afecte de manera particular; sin embargo los miembros del grupo llevan este asunto hasta los extremos que raya en lo absurdo, razón por la cual me sentí motivada a contar mi experiencia ya que lo que voy a contar se está replicando en estos momentos en las familias testigos de Jehová.
Sabemos muy bien que la marca que identifica a los testigos de Jehová de otros grupos religiosos es su predicación casa por casa (aunque en estos momentos de pandemia, la labor proselitista se encuentra detenida), así que debíamos de ser muy cuidadosos con lo que se platicaba entre puerta y puerta puesto que los amos de casa escuchaban nuestras conversaciones, así que se nos hacía especial énfasis en hablar “cosas edificantes” para que las personas vieran que éramos distintos del mundo.
Hablar de cosas edificantes para un testigo de Jehová se traduce en hablar de cuantos estudiantes de la Biblia tiene, de cuando conoció “la verdad”, de cuantas canciones del Reino se sabe ó si ya leyó el texto del día. De tal manera que esa es la única plática que es bien vista por los adeptos mas fanáticos.
Pero solo hablar de “cosas edificantes” llega a ser sumamente agotador así que la salida al servicio del campo puede empezar muy bien, hablando de lo que se leyó en tal revista ó alguna experiencia de Asamblea, pero al pasar de las horas los temas de conversación se acaban y los hermanos en cuestión comienzan a hablar de otras cosas.
Ese fue mi caso, salí a predicar un día sábado y ya no sabía de qué otra cosa hablar, ya habíamos hablado de todo lo anteriormente expuesto y se me ocurrió hablar de las próximas elecciones presidenciales y que ninguno de los candidatos se veía honesto. La hermana que ese día me tocó de compañera, era una precursora regular de lo más fanática entonces me dijo en ese momento:
- Hermanita, no es correcto que estemos tratando ese tipo de temas que no nos edifican, no es bueno que nos involucremos en la política, además los amos de casa están muy al pendiente de lo que hablamos ¿qué crees que opinen de nosotras si nos escuchan hablar de eso? Recuerda que somos neutrales y que no somos parte de este mundo.
- Disculpe hermana, tiene razón, es que ya no supe de qué mas platicar. Gracias por hacerme la observación
- Gracias a Jehová hermana.
Me quedé fría… sentí en ese momento que me caía un balde de agua helada pues inmediatamente me invadió el sentimiento de culpa. Ya después la hermana empezó a hablar de la nueva música que ahora tenía la JW
Ahora que lo veo en retrospectiva, me doy cuenta de lo absurdo de la situación ya que la hermana en cuestión magnificó un asunto trivial, pues el control que tiene la Organización sobre sus adeptos, hace que entre ellos se comporten como policías del pensamiento, frenando la forma de pensar que se sale de los parámetros establecidos por ella.(De hecho ni siquiera puedes expresar molestia hacia algún hermano porque estaríamos contristando el espíritu de Jehová) Y lo peor del caso es que me disculpé y agradecí su “bondadosa reprensión”.
Esta manera de hablar de ellos, siempre de forma positiva se le conoce como “efecto Pigmalión” que es la “capacidad de influir en otra persona por medio del lenguaje, es una técnica psicológica capaz de producir efectos trascendentales en nuestros prójimos”
Referencia:
https://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_Pigmali%C3%B3n
Esta técnica se aplica en distintos ámbitos, ya sea en el educativo, laboral, social y familiar. Así que la secta condiciona el comportamiento de los adeptos, utilizando siempre ese lenguaje positivo (más bien yo lo llamaría pasivo-agresivo), en donde supuestamente está muy preocupada por el bienestar de la persona y la va dirigiendo hacia donde desea mediante su forma de expresarse.
Por poner un ejemplo, si se desea que haya mas precursores regulares en una Congregación, la secta manda cartas animando a los hermanos “por su amor al prójimo y que Jehová abrirá las compuertas de los cielos llenándolos de bendiciones, que Jehová espera tanto de ellos porque sabe que son su pueblo escogido”
El adepto al escuchar esas palabras cumple las expectativas de la secta pues esta, astutamente lo hace creer que es Jehová quien desea sea precursor regular, o que done mas dinero, o que cultive el don de la soltería, etc. Y aunque no tenga ni la salud, ni los recursos para encajar en el perfil que se requiere para determinada labor, el testigo de Jehová hará hasta lo imposible por cumplir con metas por demás inalcanzables.
No tiene nada de malo hablar del tema que se desee ¡Somos libres de ejercer nuestro derecho de pensar, de opinar, de cuestionar!
Nos respalda el artículo 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU, que dice:
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual o colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia
Así que amigo testigo de Jehová que me lees, no tiene nada de malo hablar de lo que desees, ya sea para externar un punto de vista o cuestionar alguna creencia que no entiendas. La Organización JW no desea que ejerzas ese derecho fundamental que tienes como ser humano, ya que sabe que si utilizas tu pensamiento crítico, perderá todo el control que tiene sobre ti.
Al inicio de mi texto hablé sobre las próximas votaciones en mi país, pero no significa que esté apoyando a algún partido en especial, simplemente es un ejemplo de que puedes hablar del tema que desees sin que alguien censure tu opinión.
Utilizar tu libertad de pensamiento no significa que serás mala persona, esa idea la ha grabado a punta de diamante la Watchtower en tu mente y corazón para infundirte un miedo mórbido a desagradar a Dios.
Te propongo algo: hablemos entonces de cosas edificantes y haz una lista de todo lo que tienes y no estoy hablando de cosas materiales. Te vas a dar cuenta de lo afortunado que eres por estar vivo y que cada día que pasa, es uno más que te regala la vida.
Siéntete feliz con cada amanecer, con la caricia de tu esposa, de tu esposo, de tus hijitos, de tus padres y demás seres queridos. Habla de lo lindo que es estar al lado de ellos y de lo afortunado que eres por vivir en esta época en que tenemos las facilidades que nos han dado los avances en la ciencia y tecnología.
Y sobre todo, siéntete feliz por darte la oportunidad de hablar y pensar cualquier tema que para ti sea edificante y te llene el corazón.
Me siento agradecida porque me permitas llegar a ti a través de mis palabras y pueda compartir contigo el día de hoy, lo que para mí es edificante.
Aimée Padilla