Cuando dejé el grupo religioso de los Testigos de Jehová, sentí una urgencia inicial de compartir mi historia y levantar la voz contra lo que consideraba injusto. Sin embargo, con el paso del tiempo, descubrí que centrarme en mi propio crecimiento y bienestar era igualmente valioso.
Como me gusta escribir, comencé escribiendo en el foro extj.co todo lo que sentía o me afectaba y de igual manera, si podía ayudar con mis palabras a quien hubiese tenido una experiencia similar a la mía, lo hacía; si pudiera resumirlo en una frase diría que: Quería gritar al mundo todo lo que viví.
La cantidad de escritos que publicaba, empezó a crecer y fue entonces que decidí abrir este blog, el cual se convirtió en un espacio para expresar mis experiencias, cuestionar doctrinas y compartir mi perspectiva. Era mi forma de liberar las emociones reprimidas y conectarme con otros que podrían estar pasando por situaciones similares.
Con el tiempo me di cuenta de que mi enfoque estaba evolucionando. Dejé de gritar y empecé a hablar en tono más calmado. Comencé a centrarme en mi proceso de sanación y crecimiento personal, dejando de lado el papel de activista y adoptando el de narrador de mi propia historia.
Después de cinco años, he llegado a un punto en el que he cerrado el capítulo del activismo ex Testigo de Jehová. Mi blog se ha transformado en un espacio donde comparto mi día a día, mis gustos personales y reflexiones sobre la vida, alejándome por completo de los temas religiosos. Decidí pasar página y empezar a escribir nuevas historias, puedo escribir desde qué postre me gusta más o cual es la casa de mis sueños.
El enfoque en mí misma ha llevado a la exploración de mis gustos y aficiones. Desde la cocina hasta otras actividades cotidianas, he descubierto la alegría de vivir una vida centrada en mis intereses personales y no en el mundo que dejé atrás. Sin embargo consideré pertinente abordar este tema por la sugerencia de escritura del día.
Mi viaje ex Testigo de Jehová me llevó a través de diferentes etapas, desde la urgencia de gritar al mundo hasta el descubrimiento de la paz interior. Pasar página no significa olvidar, sino priorizar mi bienestar y enfocarme en construir una vida llena de experiencias y alegrías personales.